El emblemático Autódromo Nazionale di Monza fue testigo de una dura jornada para el equipo Alpine: tanto Pierre Gasly como el piloto reserva Paul Aron quedaron al fondo de la tabla en la primera sesión de entrenamientos libres (FP1) del Gran Premio de Italia, confirmando las recurrentes dificultades del monoplaza A525 en las rectas.
En una sesión marcada por la euforia de los tifosi, Lewis Hamilton lideró la FP1 al volante de su Ferrari, seguido de cerca por Charles Leclerc, consiguiendo el ansiado 1-2 local que alimenta la ilusión de la Scuderia. Sin embargo, el contraste llegó desde el box francés, cuyo rendimiento volvió a quedar expuesto en términos de velocidad de punta.
Gasly registró el 18º mejor tiempo, a +1.536 segundos del líder, mientras que Aron cerró la clasificación en la 20ª y última posición, a +2.036 segundos. La participación del joven estonio se enmarca en su rol como piloto reserva, debutando en un fin de semana de Gran Premio dentro de las sesiones obligatorias para rookies.
El panorama no fue mucho más alentador dentro del garaje: mientras Ferrari celebraba un comienzo soñado en casa, Alpine se enfrentaba nuevamente a la realidad de un coche que sufre en los trazados de largas rectas. El A525 ya había mostrado falencias similares en circuitos como Silverstone y Spa, lo que deja en evidencia la necesidad de una evolución inmediata si el equipo quiere escapar del fondo de la parrilla.
La primera práctica libre en Monza expuso nuevamente la debilidad del monoplaza de Alpine en las largas rectas, mientras Ferrari se posiciona como el favorito ante su público. Para los franceses, la misión parece clara: evitar que el fin de semana en Italia se convierta en otro capítulo amargo de una temporada cuesta arriba.