El Club Atlético Independiente atraviesa horas de tensión y enojo luego de la decisión de la Conmebol de descalificarlo de la Copa Sudamericana tras los incidentes ocurridos en el partido frente a Universidad de Chile. La institución de Avellaneda no tardó en emitir un comunicado cargado de críticas, en el que apuntó con dureza contra el organismo sudamericano.
La medida de Conmebol incluye la eliminación inmediata del Rojo del certamen, la clasificación directa de la U de Chile a cuartos de final y severas sanciones económicas para ambos equipos, además de la obligación de jugar varios partidos sin público.
Independiente, sin embargo, no solo rechazó la sanción, sino que denunció que la decisión tiene un trasfondo político y que “premia a los violentos en lugar de condenarlos”. En su descargo, el club expresó: “Este fallo está matando al fútbol”, dejando en claro su indignación.
En un gesto simbólico, la dirigencia anunció que exigirá a la Conmebol el retiro de todos los objetos históricos donados por la institución al museo del organismo en Paraguay. Para el club, mantener esas piezas en exhibición en ese espacio “contradice los valores que las hicieron posibles”.
Si bien el futuro deportivo del equipo queda comprometido con esta eliminación, la batalla legal recién comienza. En Avellaneda evalúan elevar el reclamo a instancias superiores y no descartan nuevas acciones para defender sus intereses.
La crisis abre un interrogante sobre el papel de la Conmebol y la relación con los clubes tradicionales del continente, en un contexto donde las sanciones disciplinarias parecen ir más allá de lo deportivo.