Independiente reaccionó con indignación tras conocerse la eliminación de la Copa Sudamericana decretada por la CONMEBOL.
La decisión del ente rector llegó luego de los graves incidentes ocurridos el 20 de agosto en el estadio Libertadores de América, durante el partido de vuelta ante la Universidad de Chile por octavos de final. Cuando arrancaba el segundo tiempo, estalló la violencia: hinchas chilenos arrojaron proyectiles, provocaron destrozos y encendieron fuego en las tribunas, mientras que barras de Independiente respondieron con agresiones. El caos derivó en decenas de heridos y más de un centenar de detenidos, obligando a suspender el encuentro por falta de garantías.
Las sanciones
La CONMEBOL resolvió:
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Descalificar a Independiente de la Copa Sudamericana, otorgándole la clasificación a la Universidad de Chile.
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Imponer una multa de 250.000 dólares al club argentino.
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Multar también a la “U” con 270.000 dólares.
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Sancionar a ambos equipos con siete partidos como local sin público y siete como visitante sin hinchas.
La postura del club
El presidente de Independiente, Néstor Grindetti, consideró la decisión injusta y anticipó que el club apelará el fallo. Según su visión, los incidentes fueron responsabilidad de la parcialidad visitante y no justifican la eliminación del equipo. La dirigencia buscará revertir tanto la sanción deportiva como las restricciones logísticas.
Los disturbios dejaron un saldo preocupante: heridos de gravedad, gran cantidad de detenidos y una fuerte condena de las autoridades políticas y deportivas en ambos países. El episodio volvió a poner en el centro del debate la seguridad en los estadios sudamericanos y la responsabilidad compartida entre clubes, organismos y fuerzas de seguridad.
Universidad de Chile avanzará a cuartos de final, donde enfrentará a Alianza Lima. Mientras tanto, Independiente intentará defender su posición en los estrados de la CONMEBOL y la justicia deportiva. Más allá de los reclamos, la herida para el “Rey de Copas” es profunda: quedó fuera de competencia no por un resultado deportivo, sino por la violencia que empañó al espectáculo.