
River Plate puso fin a su participación en la Copa Libertadores luego de caer 3-1 ante Palmeiras en San Pablo. En el retorno, se vio a Enzo Pérez haciendo gestos de dolor y cojeando, generando preocupación respecto a su estado físico tras una contienda intensa.
Era la noche decisiva: River debía remontar para seguir vivo en la Libertadores. Comenzó bien: Maxi Salas abrió el marcador con un cabezazo, y el Millonario soñaba con la hazaña. Sin embargo, Palmeiras reaccionó con contundencia. Vitor Roque igualó el partido, José “Flaco” López capitalizó un penal y, ya en el cierre, selló la clasificación con un disparo desde afuera del área. Con la victoria 3-1, el equipo brasileño avanzó a semifinales.
Así, el sueño copero de River llegó a su fin en cuartos de final. La derrota no solo representó el adiós continental, sino un duro golpe para un plantel que buscaba cruzar fronteras nuevamente.
Enzo Pérez, imagen de sacrificio y preocupación
Durante el partido, Enzo Pérez sufrió un corte en la rodilla tras disputar una jugada defensiva, que lo obligó a ser atendido y vendado. A pesar de ello, siguió en cancha para afrontar la tormenta del rival. Hacia el final del encuentro, se lo vio con evidentes muestras de dolor, cojeando al momento de caminar y dejando una escena que encendió las alarmas en el cuerpo técnico y entre los hinchas.
El medio local informó que el corte fue profundo y que la sangre afloró de inmediato, lo que hace pensar que el capitán no lo dejó pasar y quiso cerrar la serie con entrega total.
Balance y consecuencias deportivas
River quedó eliminado y su campaña terminó antes de lo esperado.
El equipo dejó Brasil con derrotas dolorosas, tras no poder sostener la ventaja inicial.
Desde lo físico, la imagen de Enzo Pérez —y también las molestias de otros jugadores— alimenta la incertidumbre de cara al resto de la temporada, donde habrá que recuperar fuerzas para lo que viene.
Más allá de lo futbolístico, queda un sabor amargo: el club no pudo responder al desafío continental pese al esfuerzo y la entrega.