Este miércoles se cumplen 83 años del nacimiento de Carlos Roque Monzón, una de las figuras más emblemáticas del boxeo argentino, nacido el 7 de agosto de 1942 en la ciudad santafesina de San Javier.
Reconocido por su potencia y dominio sobre el cuadrilátero, Monzón construyó una carrera deportiva que lo llevó desde la pobreza extrema hasta la cima del boxeo mundial. Su debut profesional tuvo lugar en 1963 y, siete años más tarde, alcanzó la consagración definitiva al noquear en Roma al italiano Nino Benvenuti y coronarse campeón mundial de los medianos.
Durante su reinado, defendió exitosamente el título en 14 oportunidades entre 1970 y 1977, y se retiró invicto como campeón, con un récord final de 87 victorias (59 por nocaut), 3 derrotas y 9 empates.
Fuera del deporte, también incursionó en el cine, donde protagonizó películas junto a figuras del espectáculo argentino. Sin embargo, su vida personal estuvo marcada por la tragedia. En 1988 fue condenado por el homicidio de su expareja, Alicia Muñiz, hecho por el que recibió una pena de 11 años de prisión. Falleció el 8 de enero de 1995, en un accidente automovilístico durante una salida transitoria.
En diálogo con Noticias Argentinas, Víctor Echegaray, exboxeador profesional sanjuanino que compartió cartel con Monzón en distintas veladas durante la década del ’70, recordó al excampeón como “un tipo serio, de pocas palabras, pero muy respetado en el ambiente”.
“Me tocó pelear en varias funciones donde él era la atracción principal. Cuando Monzón subía al ring, el silencio se volvía expectativa. Tenía una presencia imponente”, rememoró Echegaray, quien también destacó “el profesionalismo y la disciplina” del santafesino.
A más de ocho décadas de su nacimiento, la figura de Monzón continúa generando debate y permanece como una de las más recordadas —y controvertidas— del deporte argentino.